martes, 25 de noviembre de 2008

Nunca pasará un día sin que te asombre una nueva barbaridad.



Si creía haberlo visto todo, me equivocaba. Siempre hay algo que puede seguir asombrando. Esta noche me llamaba una señora rumana, ortodoxa, muy preocupada porque necesitaba la partida de bautismo de su hija, bautismo ortodoxo celebrado en Rumanía, y no sabía como poder conseguirla. Ante mi pregunta de para que necesitaba la partida de bautismo, pensando que sería para la celebración del Misterio del Matrimonio, y para mi asombro, me contesta que ES PARA SU HIJA QUE VA A HACER LA PRIMERA COMUNIÓN. Perplejo le pregunto si no era ortodoxa , ella me contesta que sí, pero que su hija quería hacer la primera comunión y el cura de la parroquia católica le ha dicho que no había ningún problema y que la podía hacer pero que necesitaba la partida de bautismo.Qué hacer ante esto? Mi explicación a la señora ha sido esta.Lo primero que era una barbaridad. La niña puede querer hacer la primera comunión influenciada por las compañeras de colegio y amigas que la harán. La mayoría de estas niñas lo hacen más por el traje de “princesa”, la Nintendo y otros apetecibles regalos y por la fiesta que sigue a la ceremonia y es normal que a nuestra niña ortodoxa le atraigan todas estas cosas materiales por otro lado que no espirituales. A la niña hay que explicarle que es ortodoxa y esas costumbres, gracias a Dios, no son las nuestras, y esto es labor de los padres. Si una niña de 12 años viene a casa diciendo que se quiere beber una botella de aguarrás pues no la dejamos, o si quisiera probar la cocaína se lo impediríamos. Los niños son niños y la obligación de los padres es ayudarles a discernir entre lo bueno y lo malo, entre lo que pueden hacer y no.A esta buena señora le recordaba que a su hija le dieron “la primera comunión” cuando la bautizaron y que normalmente los niños ortodoxos, desde que nacen y hasta que cumplen siete años comulgan siempre siguiendo lo que es la práctica común de la Iglesia desde los primeros siglos. Que el Bautismo, la Crismación y la Santa Comunión forman una unidad inseparable que la tradición nombra como los Misterios de la Iniciación Cristiana. Que esa nefanda costumbre de la primera comunión es contraria a la tradición de la Iglesia fruto del racionalismo que invade al catolicismo en el cual el niño tiene que saber aquello que hace y lo que recibe para poder participar en la Eucaristía como si a un niño su madre tuviera que preguntarle si sabe las funciones de la lactosa antes de darle el pecho. La Iglesia Ortodoxa da la Santa Comunión a los niños desde que son bautizados porque en lo que confía es en la Gracia de Dios que actúa en estos niños inocentes y es derramada a raudales en ellos por el Espíritu Santo, haciéndoles crecer en sabiduría y santidad.Lo peor de todo es el argumento de siempre. Cuando la señora le dijo al sacerdote que ellos eran ortodoxos éste le contestó con la dichosa frase de: “Bueno, si es lo mismo, y si a la niña le hace ilusión...” Pues no señor mío, no es lo mismo y ya está bien de engañar a la gente. Hay una diferencia muy grande entre la Ortodoxia y la Cacodoxia, entre la Verdad y el error, entre la honestidad y el engaño. No es lo mismo y como no hay comunión, esa niña ortodoxa al comer los ázimos dejaría de estar en comunión con la Iglesia y sobre todo habría una grave responsabilidad de los padres que lo han permitido.Ante todo esto la pobre señora no sabía que decir, no se imaginaba las consecuencias de ese acto social que llaman la primera comunión para ella y su hija.La reflexión es que los sacerdotes ortodoxos tenemos que ser los primeros en no dar pie a estas situaciones creando confusión en los fieles. Ahí están todos los textos de los Padres y los cánones que nos hablan de esta perniciosa confusión del ecumenismo. Hay veces en las que se ha de ser “políticamente incorrectos” y decir las cosas claras por el bien de los fieles porque si no nos hacemos también responsables de los errores que puedan cometer.Lo malo es cuando los fieles ven como sus sacerdotes celebran en el mismo altar de la misma iglesia que los católicos, como a veces hay católicos que se acercan y reciben el antinodoron en las iglesias ortodoxas si han ido invitados a una Liturgia, o se les da lugares de honor en determinadas celebraciones ecuménicas en las que participan también los párrocos ortodoxos. Entonces el fiel ortodoxo se hace la siguiente conclusión: “Pues sí que es lo mismo, ¿y por qué mi niña no puede entonces tomar la primera comunión?” Habremos colaborado en que el demonio gane una vez más la partida.Nosotros seguiremos asombrándonos un poco más cada día, al final en la jubilación podremos escribir un libro de anécdotas y así completar la pensión, si tenemos, con sus beneficios.
Publicado por Padre Nicolás Vera

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