miércoles, 29 de julio de 2009

Patriarca ruso se opone a creación de una Iglesia independiente en Ucrania


*Patriarca ruso se opone a creación de una Iglesia independiente en Ucrania*27 de Julio de 2009, 02:14pm ETKIEV, 27 Jul 2009 (AFP) -El nuevo patriarca ortodoxo ruso, Kirill, rechazó este lunes en Kiev el proyecto del presidente ucraniano, Viktor Yushenko, de crear una Iglesia independiente de Moscú en esta ex república soviética y llamó a la unidad de ortodoxos rusos y ucranianos."El mayor deseo del pueblo ucraniano es el de vivir en el seno de una Iglesia unida e independiente" , declaró el jefe de Estado ucraniano duranteun encuentro con el patriarca delante del memorial a las víctimas de la Gran Hambruna de 1932-1933."Esta Iglesia ya existe, Señor Presidente. Una Iglesia independiente existeen Ucrania y si no existiese, Ucrania no habría existido", respondió Kirill."Pero aparecieron heridas en el cuerpo de esta Iglesia. Hay que curarlas",continuó en alusión a la existencia de dos Iglesias ortodoxas disidentes en Ucrania que el patriarcado de Moscú no reconoce.Kirill, que dirige desde febrero la Iglesia ortodoxa más poderosa del mundo y que realiza su primera visita a Ucrania en donde vive la comunidad ortodoxa más importante después de Rusia, destacó además su autoridad histórica sobre el territorio ucraniano."No hay ningún imperialismo, ninguna dominación sobre los otros. Sólo hay una doctrina eclesial ortodoxa clara: el patriarca es el padre para todos,poco importa de qué color sea su pasaporte en su bolsillo y el Estado en el que vive", sostuvo.La Iglesia ortodoxa rusa considera a Ucrania como su territorio canónico y ve con mala gana la posibilidad de la creación de una Iglesia ucraniana independiente.Oficialmente las parroquias de la Iglesia ucraniana dependientes del patriarcado de Moscú (11.300) son más numerosas que las del patriarcado deKiev (4.000) y de la Iglesia acéfala (1.200), pero, según los sondeos, la cantidad de feligreses del patriarcado de Kiev es más importante que el de los ortodoxos que responden a Moscú.Durante su estancia de diez días en Ucrania, el patriarca visitará el sur y el este de habla rusa del país así como el oeste nacionalista.ant/vl/pa/am

lunes, 20 de julio de 2009

Profundizando la palabra



¿Tenemos el derecho de ser felices cuando otros sufren?
El soplo de Dios en nosotros es una profunda alegría. Cuando somos felices, estamos en armonía con Dios. Sin embargo, cuando otros sufren, nuestra felicidad no va acorde con su sufrimiento. Por ello, el apóstol Pablo escribe: Sí, «con los que estén alegres, alégrense», aunque también: «con los que lloran, lloren» (Romanos 12, 15). En efecto, estamos hechos para la alegría, pero frente al sufrimiento de los demás, llorar es la forma de mantenernos en la verdad.
La felicidad puede herir a aquellos que no la tienen. La satisfacción de los que han logrado algo, duele a los que han fracasado. El júbilo de los que se aman apena a los desamparados. Cuando aquellos que son felices además nos hacen sentir ese placer malsano por habernos suplantado, su felicidad se convierte entonces en algo verdaderamente insoportable. Un sentimiento de felicidad puede herir sin tener mala intención: Jesús describe en una parábola la felicidad de un rico «que todos los días celebraba esplendidos banquetes» sin ni siquiera darse cuenta de que el pobre Lázaro se sentaba a su puerta (Lucas 16, 19-21).
Llorar vale más que una felicidad así. Y, ¿cómo puede Pablo escribir: «Estén siempre alegres» (Filipenses 4, 4)? Si hay felicidad que hiere, también hay tristeza que duele. Cuando estoy triste y abatido, no espero que las personas cercanas a mí me agobien con sus tristezas, añadiendo su malestar al mío. ¿Qué hacer entonces cuando otros sufren? ¿Seguir alegres, a riesgo de herir con nuestra felicidad a aquellos que no son felices? ¿O estar tristes, a riesgo de que nuestra tristeza se añada a un malestar que ya de por sí es difícil de sobrellevar?
«Estén siempre alegres». Pablo continúa: «Que todo el mundo note lo compresivos que son» (Filipenses 4, 5). La alegría en cuestión radia bondad, dulzura. Esta alegría es en primer lugar interior. A veces, es casi imperceptible y no puede verse exteriormente. Es una alegría que se deja sentir delicadamente. Igual que en el frío invernal sienta bien estar cerca de una estufa que irradie calor, en momentos de desgracia, se agradece estar cerca de alguien cuya alegría profunda radie bondad.
¿Cuál es el secreto de una felicidad que no ofenda, sino que ponga en pie a los que sufren? Que sea una alegría “de pobre”, una felicidad no poseída, sino compartida.
No permitirse ser feliz cuando otros sufren podría conducir a un desaliento común. Podemos haber algo mejor por aquellos que son desgraciados. Una de las cosas más valiosas que podemos ofrecer, es nuestra lucha oculta para mantener la alegría del Espíritu Santo, la alegría que radia bondad y comunica fuerza y coraje.

Comunidad de Taizé

sábado, 18 de julio de 2009

CAMINA PLACIDAMENTE...


Camina plácidamente entre el ruido y las prisas, y recuerda la paz que puede haber en el silencio.

Siempre que sea posible, sin rendirte, llévate bien con todas las personas. Dí tu verdad claramente y con serenidad; y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante; también tienen una historia que contar. Evita a las personas ruidosas y agresivas; son vejaciones para el espìritu.

Si te comparas con los demás, puedes volverte vanidoso y amargado, pues siempre habrá personas mejores y peores que tú. Disfruta de tus logros tanto como de tus planes.

Conserva el interés por tu profesión, por humilde que esta sea; es una posesión real en los turbulentos cambios de la fortuna. Sé precabido en los negocios, porque el mundo está lleno de astucias.Pero que ésto no ciegue tus ojos ante la virtud; muchas personas luchan por sus ideales, y en todas partes la vida está llena de heroismo.

Sé tu mismo y sobre todo no finjas afecto. Tampoco seas cínico ante el amor; porque ante la aridez y el desencanto, es tan perenne como la hierva.

Acepta mansamente el consejo de la edad, y renuncia con elegancia al de la juventud. Nutre la fortaleza de tu espíritu para que sea tu escudo ante la desgracia inesperada.Pero no te turbes con negras fantasías. Muchos miedos nacen del cansancio y la soledad. Más allá de una sana disciplina, se suave contigo mismo. Eres una criatura del universo, no menos que los árboles y las estrellas; tienes derecho a existir. Y tanto si lo ves claro como si no, el universo evoluciona como debe. Por lo tanto, vive en paz con Dios, no impota como lo concibas, y sean los que sean tus afanes y aspiraciones, en la ruinosa confusión de la vida, vive en paz con tu alma.

Con todos sus fraudes, su rutina y sueños rotos, éste es un mundo hermoso.

Lucha por ser felíz.

MAX EHRMANN

viernes, 3 de julio de 2009

"El mejor cuadro es una ventana abierta"


"El mejor cuadro es una ventana abierta".

Desde este punto de vista, Joaquim Torres*, cree que todos podemos afrontar estos tiempos de crisis "llevando una vida más simple, controlando los gastos de cada día y favoreciendo el consumo de proximidad frente a las grandes multinacionales"," hacer un buen mantenimiento de nuestras cosas para que duren, etc...". "Es un buen momento para reconciliarse con uno mismo y con la familia, pertenecer a asociaciones y grupos, da mucha seguridad tener una buena red social amplia y variada, que, al mismo tiempo, es muy enriquecedor".


*Joaquim Torres nació en Cardedeu (Barcelona), estuvo internado en los Salesianos de Mataró e ingresó en la Universidad de Zaragoza y más tarde en Madrid, donde estudió Veterinaria, Peritaje Mercantil y finamente Ciencias Económicas. Tiene un máster en la Universidad de Toronto sobre Economía Regional y Urbanismo. Habla cinco idiomas

jueves, 2 de julio de 2009

Introversión



"Es de todo punto necesaria la vuelta al interior, entrar dentro de nosotros mismos, para que Dios nazca en el alma. Apremia lograr un fuerte impulso de recogimiento, recoger e introducir todas nuestras potencias, inferiores y superiores, y trocar la dispersión en concentración, pues, como dicen, la unión hace la fuerza.Cuando un tirador pretende golpe certero en el blanco cierra un ojo para fijarse mejor con el otro. Así el que quiera conocer algo a fondo necesita que todos sus sentidos concurran en un punto, dirigirlos al centro del alma de donde salieron."


miércoles, 1 de julio de 2009

Sobre Thomas Merton un monje ecuménico y profético.





El P. Thomas Merton es de una personalidad compleja.
En un principio el monasterio fue para él “la escuela del divino servicio”, el clima ideal donde poder realizarse en libertad, en el humus del silencio, soledad y oración. La oración enraizó tan vitalmente en lo hondo de su ser, que en adelante le fue imprescindible como el respirar. Hasta en el trajín ruidoso y nada propicio de la maraña de sus múltiples ocupaciones, siempre encontró un tiempo y una lugar para orar... Calibraba los lugares según le resultaban útiles o no para la oración.
La vida de Comunidad era el cauce por el que se deslizaba sereno su extraordinario don de gentes, su abultada capacidad de relacionarse con los demás. Y muy lentamente comenzó a morderle una secreta insatisfacción. Necesitaba, comunicar su experiencia de Dios, su fe, su oración. Sabía que el monje es un hombre solitario y solidario. Por eso entendía, que la experiencia de Dios no era un don que se le diera a él para su exclusiva fruición privada, ni siquiera sólo para su Comunidad. El horizonte se le ampliaba: los creyentes, el mundo entero. Le urgía. Era una gracia social.
La solución a su desasosiego interior llegó el día en que descubrió su vocación de escritor.“Soy consciente de este individuo que es monje y escritor”.(Conjeturas de un espectador culpable, 223-229).“Esta gracia especial le unía al destello divino del Espíritu:”el ser verdadero” daba vida a su estilo como autor, confiriendo a su escritor el poder despertar el mismo anhelo espiritual en los corazones de sus lectores” (Henry Nowen).Sus temas preferidos son la revitalización de la vida espiritual del monje, el amor a la soledad, el silencio y la oración continua, la contemplación y el lugar que ocupan los monjes en una sociedad como la nuestra tan materialista, hedonista y agnóstica, en la cual todo es relativo. Sin perder de vista la vocación de los cristianos que viven y luchan por salvaguardar su fe en un ambiente tan paganizado.“El ministerio peculiar del monje moderno es el de mantener viva la experiencia contemplativa, dejar el camino abierto al hombre de la tecnología moderna, para que pueda recuperar la integridad de sus profundidades más interiores”.Su primer libro fue La montaña de los siete círculos, su obra más famosa, que al pertenecer al género de “sicología religiosa”, transmite en ella, más que teorías o conceptos, reflejos de su vida interior, valores auténticos que contagian a muchos jóvenes, que se convierten a la Iglesia Católica y buscan su realización personal en la vida monástica:“Recuerdo al P. Merton hablándonos a los estudiantes del Monasterio de que todos debíamos tender a ser teólogos, es decir, capaces de hablar de Dios y de los caminos de Dios para la humanidad, y no hacia pretensiones de estar académicamente preparados en teología”.(Patrick Hart, monje de Gethsemani).Sus mejores trabajos no son presentaciones sistemáticas de Verdades Divinas, sino una variedad plural de experiencias espirituales que ayuden al lector a descubrir el conocimiento amoroso de Dios.Sus temas preferidos son la vida espiritual, la soledad, la contemplación y el lugar de los monjes, de los cristianos que viven y luchan en el mundo moderno. Y lo hace con un lenguaje sencillo y nuevo, asequible a todos los públicos: desde la propia y personal experiencia de Dios.
El era teólogo en términos patrísticos, es decir, podía hablar de Dios porque lo había experimentado. Evagrio describe al teólogo de una forma muy sucinta: “Quien verdaderamente reza es un teólogo”.
Thomas Merton no es propiamente hablando un teólogo: lo que transmite y cautiva es su propia experiencia interior, plasmada en libros como Semillas de contemplación, El signo de Jonás, Las aguas de Siloé, Pan en el desierto, Diarios 1939-1960. 1960-1968.(Patrick Hart: La vida íntima de un gran maestro espiritual).Esta vena y fervor de escritor “en busca siempre de una intimidad contemplativa con Dios, en clave puramente privada” (Cilia), se vio repentinamente turbada cuando la obediencia le encomendó la formación de los novicios y estudiantes del monasterio. Este hecho, aparentemente intranscendente, junto con la percepción de que ciertas rutinas monásticas chocaban con sus deseos de comunión y solidaridad, le hizo descubrir y enriquecerse con la dimensión comunitaria de la vida monástica y cristiana. Y comenzó a vivir el itinerario de la soledad en comunión. Esta experiencia la tradujo en un nuevo libro significativo por su título Los hombres no son islas, en el que aparece un ensanchamiento de sus horizontes recortados, hasta llegar a descubrir y vivenciar la dimensión comunitaria de la persona y sus valores sociales.
El hombre es un ser que ha nacido para vivir en sociedad, para la comunicación, la comunión y el amor. Es la primera condición de la madurez humana.
Esto le llevó a declararse objetor de conciencia, superando la ética individualista como católico, y a criticar públicamente en un libro valiente, titulado Semillas de destrucción, la política de Estados Unidos en Vietnam, la violencia y el armamento nuclear, circunstancia que le acarreó, por parte del Abad General de su Orden, la prohibición de escribir de “política”, considerando esto ajeno a los monjes. Pero su pensamiento continuó siendo el mismo:“En lugar de odiar a las personas que piensas que son las que hacen la guerra, odia los apetitos y el desorden en tu propio corazón, que son las causas de la guerra”.Más tarde le daría la razón el Vaticano II cuando declaraba:“Los gozos y las esperanzas, las tristezas y angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón” (G.S. 1).Atraído por una fuerte exigencia interior a la soledad, obtuvo por fin autorización, tras insistentes peticiones, para vivir en una ermita, cerca del monasterio, del que nunca se desligó y que frecuentaba con cierta asiduidad. Allí siguió profundizando, en un clima de silencio, pobreza y oración contemplativa, en las tradiciones espirituales de su Orden y de sus principales escritores, a la vez que abrió sus horizontes espirituales a las tradiciones místicas de Oriente.
Dios había hecho de su pobreza, su morada de silencio, donde todo su ser se concentraba en adorar el secreto de su Presencia.
Al mismo tiempo que propone la línea monástica renovada y actualizada, desdibujada por el paso del tiempo y de los siglos, enseña a los cristianos a vivir la vida contemplativa en el mundo, viviendo los avatares de lo cotidiano.“En Merton convivieron durante toda su vida tendencias e impulsos muy marcados: silencio y palabra, soledad y comunidad; memoria y profecía; trascendencia e inmanencia, crítica y esperanza, oración y servicio, la vía de la luz y la de la noche” (La respuesta del monje en tiempos de opciones cruciales”, en el Parlamento de las Religiones, Barcelona 2004: por Francisco R. de Pascual y Fernando Beltrán Llavador).En los últimos años de su vida, repentinamente truncada, su corazón siempre en camino, se sintió urgido por una verdad que le acuciaba. Las distintas Religiones no pueden ignorarse unas a otras, ni seguir viviendo en una desconfianza mutua secular. Soñaba y buscó la unidad espiritual que en la actualidad viven las Religiones, siguiendo caminos seculares diferentes o contrapuestos.
Intentó conciliar los opuestos. Aquello fue como intentar cambiar el alma que infundía hasta ahora a las notas de su violín, por los colores, por la belleza de otros sonidos, soñando, intentando formar una gran orquesta de instrumentos diferentes y complementarios.
Para lograrlo ideó un encuentro de Religiones diversas:“Creo que mediante la apertura al Budismo, al Hinduismo, y a esas grandes tradiciones de Asia, nos colocamos ante una maravillosa oportunidad de aprender más sobre las potencialidades de nuestras propias Tradiciones...La combinación de las técnicas naturales y la gracia, y las demás cosas que han sido manifestadas en Asia y la libertad cristiana del Evangelio, deberían llevarnos al menos a esa total y trascendental libertad que está más allá de todas las diferencias culturales y meramente externas”.(Diario de Asia, 303-304).Después de un encuentro profundo en la India, Tibet, con el Dalai-Lama en 1968, anotaba éste en su autobiografía la impresión que le había causado Thomas Merton.Mucho más impactante que su apariencia externa, que en si misma era distinguida, era la vida interior que manifestaba. Podía ver que era un hombre profundamente espiritual y verdaderamente humilde. Era la primera vez que me sentí conmovido por tal sentimiento de espiritualidad de alguien que profesaba el cristianismo...fue Merton quien me introdujo, por primera vez, en el significado real de la palabra “cristiano”.El Dalai-Lama acabó definiéndolo, como un “buda natural”.“Y el mundo del Islam como un “simurgh, ese pájaro de alto vuelo en la mitología persa” (Francisco R. de Pascual).Lo que impresionaba de él no era lo que decía o escribía, sino “lo que era”. Vivió siempre al aire del Espíritu, intentando secundar en su vida lo que éste le inspiraba. Su vida fue gracia correspondida.Thomas Merton murió en Bangkok, donde se encontraba asistiendo a un Congreso ecuménico de monjes católicos y budistas.
Se acababa de cumplir en él la confesión poética de su admirado, comentado y seguido S. Juan de la Cruz:“Volé tan alto tan alto,que le di a la caza alcance”.

(De Espiritualidad Cisterciense)

Publicado en :http://www.avmradio.org/sites/autorescatolicos/www.autorescatolicos.org/prudenciolopez06.pdf