Ayer se iniciaron las reuniones en torno a la llamada “Semana de la Unidad”. En nuestra provincia, gracias a Dios, tanto la Iglesia de Rumanía, como la nuestra hemos tenido el buen criterio de simplemente invitar a los que quieran asistir a las celebraciones que tocan en el día asignado. Ayer domingo, en la ermita de San Crispín de Elche donde tiene su sede la parroquia de la Protección de la Madre de Dios del Patriarcado de Rumanía se celebraba el Maslu, el Misterio de la Unción, como todos los domingos por la tarde y a esa celebración estaban invitados como asistentes miembros de otras confesiones. A nosotros nos toca el sábado y ocurrirá lo mismo, Tendremos las Vísperas como siempre y están invitados a asistir los que quieran. No se hace nada especial, se tendrán como siempre las vísperas dominicales, con la memoria de San Gregorio el Teólogo y nuestro Megalomártir Vicente de Valencia. Es una buena solución, no se pueden montar paraliturgias ni otras celebraciones paralelas, simplemente la Iglesia ofrece loque tiene, su mayor tesoro, su Liturgia.El compromiso surge después cuando tienes que ir a otras celebraciones de otras confesiones. ¿Cómo ha de ser esto? Pues simplemente asistiendo, no celebrando. Podemos rezar juntos? No, ya que no hay comunión y no tendría sentido ninguno, como se ha hecho, proclamar el Credo juntos, al que incluso se le quita el filoque, o el llamado Símbolo Apóstolico. Menos sentido tendría postrarse junto a los uniatas frente al icono Cristo en una celebración común, por la división y confusión que siguen creando en tantos lugares, o predicar junto a una presbítera anglicana.En todas las reuniones interconfesionales, siempre se plantea la misma cuestión ya que protestantes y católicos no tiene problemas para rezar juntos. El problema viene siempre planteado desde el lado ortodoxo ya que no podemos participar en esas oraciones, sólo asistir. Quizás sea el momento de poder plantear la cuestión de cómo se deberían de realizar las actividades de esta semana y pedir comprensión para el hecho de que no asistir no supone un acto de desprecio por parte nuestra sino un compromiso de fidelidad a la fe ortodoxa que profesamos. ¿No sería mucho mejor y hasta enriquecedor poder plantear una semana de conferencias en los que se presentasen diversos aspectos propios de cada una de las confesiones? ¿Son necesarias esas paraliturgias?A algunos ortodoxos incluso esta postura les puede parecer demasiado extrema, sobre todo si se va con la idea de que hay que quedar bien con todos, de que hay que estar con los tiempos que corren. Bueno, sólo decir una cosa: todavía no he encontrado ningún texto de los Padres que anime a rezar, digámoslo de forma políticamente correcta, con los miembros de otras confesiones, más bien los textos que se encuentran nos dicen todo lo contrario. ¿Han perdido vigencia estos textos?Como conclusión simplemente decir que no hay división en la Santa Iglesia de Cristo, una es la Cabeza de la Iglesia, Cristo, y una es la Iglesia, santa, católica y apostólica. ¿Cómo vamos a pedir por la unidad de la Iglesia, si no hay división en ella? Lo que deberíamos en estos días los ortodoxos es pedir al Espíritu Santo que ilumine los corazones de muchos para descubrir dónde está esta Iglesia de Cristo y tener las puertas siempre abiertas para recibirlos.
Padre Nicolás Vera. Iglesia Ortodoxa Española (Patriarcado de Serbia)
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