HEBA HELMY / EFEEL CAIRO. Una nueva decisión del Sindicato de Médicos de Egipto, por la que se prohíbe el trasplante de órganos entre cristianos y musulmanes, ha originado una gran polémica tanto en las iglesias como en las mezquitas del país, donde se teme que la medida incite a una mayor tensión sectaria. Según las nuevas instrucciones de esta influyente organización de facultativos --dominada casi por completo por el grupo islamista de los Hermanos Musulmanes--, ni siquiera están permitidas las donaciones de órganos entre una y otra confesión.El mismo sindicato ha dejado bien claro que cualquier médico que viole la norma y permita ese tipo de operaciones será interrogado y castigado. Pero esta amenaza no ha podido acallar las críticas. "Todos tenemos la misma sangre egipcia, y si el motivo de la medida es prohibir el tráfico de órganos, la rechazamos porque puede ocurrir también entre fieles de la misma religión", afirmó ayer el obispo Marcos, uno de los portavoces de la Iglesia copta. Para Abba Marcos, la decisión del Sindicato de Médicos es "muy grave", ya que puede conducir a otros pasos, como prohibir las donaciones de sangre entre cristianos y musulmanes o impedir a un médico que examine a un enfermo de distinta religión. "Tenemos miedo a que en el futuro haya hospitales para cristianos y otros para musulmanes", añadió el obispo al hablar sobre la preocupación de su Iglesia, cuya comunidad representa al 10% de una población de más de 76 millones de habitantes.A comienzos del siglo XXI, y a pesar de los grandes avances sociales, la discriminación tanto por razón de género como de religión o raza sigue siendo una lacra en la sociedad. Sin embargo a pesar de todos los problemas que padece la humanidad, la solidaridad siempre ha logrado salvaguardarse sacando de nosotros mismos lo mejor que poseemos como individuos.
En las situaciones extremas los individuos prescindiendo de las religiones y los estratos sociales que nos diferencian, aunamos esfuerzos y nos involucrarnos en ayudar a los que nos necesitan en los peores momentos, siendo la donación de sangre y de órganos, la muestra más generosa de lo que una persona puede hacer para salvarle la vida a otra. Y digo hasta ahora porque en Egipto se ha promulgado una norma que promete ahondar en las diferencias por razón de credo al impedir la donación de órganos entre musulmanes y cristianos y sentar un terrible precedente terapéutico. Con la excusa de impedir el tráfico de órganos, el Sindicato de Médicos de Egipto propugna la discriminación por la fe. Un retroceso de siglos que no hará sino aumentar el dolor del individuo para mayor gloria del fanatismo expansionista. De ahora en adelante, cuando un paciente llegue desangrándose a un hospital los sanitarios no preguntarán qué grupo sanguíneo tiene, ni que enfermedad padece, la pregunta obligada será si es cristiano o musulmán. La diferencia entre la vida y la muerte dependerá de la religión que procese el paciente. ¿Y qué ocurriría si hiciéramos esto en Europa?
Publicado por Padre Nicolás Vera.
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